En el estudio participaron más de 700 personas de diferentes nacionalidades, a las cuales se les haría localizar en qué lugar del cuerpo sentían el efecto de una serie de emociones.
Para ello, a los participantes se les mostraba el dibujo de dos siluetas de cuerpos junto con una palabra que designaba una emoción, por ejemplo, junto a la palabra tristeza.
- En la primera silueta tenían que colorear, con los colores cálidos de una paleta de colores, las zonas que se activaban más cuando experimentaban esa emoción.
- En la segunda silueta tenían que colorear, con los colores más fríos de la paleta, las zonas que se activaban menos.
A partir de la combinación de las zonas de activación y desactivación, se obtenía el mapa corporal de la emoción en cuestión.
Este experimento se complementó con otros en los que se ofrecía la lectura de historias breves, películas e imágenes de expresiones faciales que buscaban evocar diferentes emociones.
Se observó cómo cada emoción despierta reacciones en determinadas zonas del cuerpo y que la activación es especialmente intensa en la parte superior del mismo.
Entre las emociones utilizadas en el estudio, estaban las seis emociones consideradas básicas (alegría, tristeza, ira, miedo, asco, sorpresa) y otras experiencias emocionales más complejas (ansiedad, amor, vergüenza, envidia, desprecio, orgullo, depresión).
Centrándonos en las emociones básicas y con la intención de entrar en contacto con el reconocimiento de las emociones que experimentamos y trabajar nuestra consciencia emocional, te invito a que te hagas la siguiente pregunta: ¿Qué parte de tu cuerpo se activa más cuando sientes alegría, tristeza, ira, miedo, asco o sorpresa?
A partir de ahí, intenta asociar cada una de las siluetas de debajo con una de esas seis emociones, teniendo en cuenta que el color amarillo representa la máxima activación y la silueta de la derecha representa un estado neutro.

¿Ya lo tienes? Te comparto a continuación la respuesta correcta. De izquierda a derecha, las siluetas representan: ira, miedo, asco, alegría, tristeza y sorpresa. Como se puede apreciar, la emoción que causa una reacción corporal más intensa es la alegría. En el polo opuesto está la tristeza. Cuando estamos tristes, se reduce el tono muscular y nos apagamos. También se puede ver que cuando sentimos ira las extremidades superiores se activan especialmente. Con el enfado, la sangre fluye a las manos y solemos cerrar y apretar los puños.