En el archipiélago de Okinawa, al sur de Japón, se encuentra un pueblo rural de unos 3.000 habitantes llamado Õgimi.
Õgimi es el lugar del mundo donde la gente vive más tiempo, por ello recibe el sobrenombre de “la aldea de los centenarios”. En Õgimi, no sólo se vive más, sino que también se vive con salud hasta más edad.
¿Cuál es el secreto de la longevidad de los habitantes de Õgimi? El secreto parece estar en que llevan una vida sana y equilibrada.
- Su dieta es ligera y saludable. Toman mucha variedad de alimentos, sobre todo de origen vegetal, y no comen en exceso.
- Beben varias tazas de té sanpincha al día. Se trata de una mezcla de té verde y flores de jazmín que actúa como un antioxidante natural.
- Llevan una vida en movimiento. Siempre están moviéndose de aquí para allá (van al huerto, cuidan el jardín, etc.) y siempre están ocupados con algo.
- Realizan una vida en comunidad. Todo el mundo se ofrece para colaborar, lo que aumenta su sentido de pertenencia a la comunidad y les hace sentirse útiles.
Además de todos estos factores, está el ikigai que rige su vida. Según los naturales de Okinawa, el ikigai es la razón por la que nos levantamos por la mañana, aquello por lo que merece la pena levantarse.
“IKI” significa “VIDA”, y “GAI” significa “VALER LA PENA”: aquello por lo que merece la pena vivir. El ikigai personal se considera clave para gozar de una vida larga, activa y saludable.
El ikigai se puede encontrar en grandes proyectos, pero también en las pequeñas cosas. No está sólo al alcance de esas personas que descubren su gran pasión y la convierten en profesión. El ikigai se haya también en pequeñas cosas que a menudo pasan desapercibidas, como la contemplación del amanecer, el reunirse con los amigos, el dedicar un rato a la lectura, etc.
Se acostumbra a considerar que en el ikigai personal intervienen cuatro grandes componentes:
- Lo que ME GUSTA HACER: aquello que me apasiona y me hace sentir bien.
- Lo que SE ME DA BIEN: aquello para lo que tengo talento.
- Por lo que PUEDEN PAGARME: aquello que me proporciona ingresos o podría proporcionármelos en el futuro.
- Lo que EL MUNDO NECESITA: aquellas cosas o valores que creemos que el mundo necesita. El mundo puede ser “el mundo” o puede ser “nuestro mundo” (amigos, familia, compañeros de trabajo, etc.)
El objetivo sería integrar los cuatro componentes para que nuestra vida esté en armonía con nuestros valores y propósitos. El punto de intersección de estos cuatro elementos conduciría a lo que yo denomino el “súper ikigai” de cada uno, donde cada componente contribuye a su descubrimiento.
Más allá del punto de intersección de los cuatro componentes, deberíamos preguntarnos si nuestra vida se nutre de forma equilibrada de cada uno de ellos. Deberíamos hacernos preguntas como: ¿sólo me centro en ganar dinero?, ¿dedico suficiente tiempo a lo que me gusta?, etc. Si hay algún aspecto que estamos descuidando, deberíamos pensar (e implementar) acciones concretas para ponerle solución.
Ikigai es sentido, propósito y equilibrio.